Definimos doctrina como enseñanza, por lo tanto, al hablar
de sana doctrina hacemos hincapié en una enseñanza que no está enferma o
contaminada, en una enseñanza que se mantiene fiel a la enseñanza de Jesucristo interpretada en todo
el contexto de las sagradas escrituras, NO mezclándome con enseñanzas de
hombres o filosofías humanas y sabiduría humana, adulterando la verdad. La única
fuente de sana doctrina es la Biblia, inspiradas por el Espíritu Santo.
La mentira, que nace en el corazón de Lucifer, no puede estar
con la verdad (Jn 8:44) El introduce en las iglesias falsos hermanos (Gálatas 2:4) que propagan
desde un púlpito falsas enseñanzas, mezclando la mentira con la verdad para
engañar a los incautos, por lo cual hay
que estar atentos y guiados por el Espíritu Santo, que es quien nos guía a toda
verdad.
La defensa de la verdad es un deber de todo cristiano nacido
de nuevo (Judas 3) Jesús instituyo a hombres fieles e idóneos para enseñar,
permaneciendo en la verdad revelada de las escrituras y siendo iluminados por
la verdad (Efesios 4:15-16)
2Timoteo 3:16-17-…” la escritura es inspirada por Dios, útil
para enseñar… para que el hombre esté preparado para toda buena obra...”
shalom
C.D.A.E
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