Juan 9:2-3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿Quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
¿De dónde sacaron los discípulos esta idea? algunos rabís o maestros judíos
enseñaban el pecado pre-natal, pues ellos atribuían siempre la enfermedad al pecado de una persona o de sus padres, y si un niño nacía enfermo y los padres eran personas fieles y devotas a Dios, la única explicación era que el niño hubiese pecado en el vientre. Sin embargo, en Romanos 9:11, Dios por medio de Pablo al hablar de Jacob y Esaú nos dice que “no habían nacido ni habían hecho bien ni mal para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, NO por las obras, sino por El que llama”, alguien podría preguntar pero ¿no dice Génesis 25:22 que los niños luchaban en el vientre de Rebeca? Entendiendo este pasaje a la luz del pasaje de Romanos que hemos leído y del contexto inmediato (la razón que Dios le da a Rebeca del conflicto de dos naciones en su vientre v.23) entendemos que no luchaban entre ellos para dañarse, sino para ejemplificar el conflicto que sus descendientes tendrían, un bebé puede moverse violentamente por instinto o desasosiego, pero no lo hace para causar daño conscientemente a otra persona o a su madre. Volviendo al tema, los judíos enseñaban pecado pre-natal, no pre-existencial, ese era un concepto griego que se había introducido en la cultura judía, los griegos afirmaban que el alma podía pecar antes de entrar al cuerpo; es importante aclarar que ninguna de estas dos ideas tiene base Bíblica, la Biblia enseña que todos hemos heredado el pecado original de Adán (Ro.5:12) y que por medio del pecado entró la muerte y la enfermedad al mundo, pero eso es diferente a decir que alguien pecó siendo espíritu antes de nacer, esto NO es Bíblico.
Medicamente es posible que un niño nazca enfermo a causa del pecado de los padres, cuando ellos transmiten, por ejemplo, una enfermedad venérea; lamentablemente hay muchos niños que nacen con sida, y esto debido al pecado sexual de sus padres o incluso a una transfusión de sangre; medicamente es posible y puede ser consecuencia del pecado de los padres, pero espiritualmente NO lo es, la enfermedad en este caso es CONSECUENCIA y no CASTIGO. Dios no castiga a los hijos por el pecado de sus padres, y en estos casos de enfermedad transmitida genéticamente, Dios tendrá un trato especial para estos niños.
Es importante entender que en la narración histórica del Nuevo Testamento (Evangelios y Hechos) se registran las palabras de las personas que participan en la historia, sin que necesariamente esto signifique que todo lo que todos los personajes afirman es doctrina o enseñanza bíblica establecida por Dios, sobre todo cuando no es una enseñanza o mensaje de Jesucristo, o de los apóstoles escribiendo a las Iglesias. En Ezequiel y Jeremías se menciona un dicho utilizado frecuentemente por los Israelitas “los padres comieron las uvas agrias y los hijos tienen la dentera”, esto equivalía a decir que los hijos sufrirían el castigo de Dios, por los pecados cometidos por los padres; Dios por medio de ambos profetas, corrige este error y declara que “el alma que pecaré esa morirá” (Ezequiel 18:4) y que “cada cual por su propia iniquidad morirá” (Jeremías 31:30), esto significa que cada persona individualmente es responsable delante de Dios por sus pecados; no se puede heredar la responsabilidad por el pecado cometido por otro y tampoco puede heredarse la justicia o el temor de Dios para tener un pase automático para entrar al cielo por el arrepentimiento y la fe de los padres. Los padres pueden y deben instruir a sus hijos en el temor del Señor, o también pueden dar un mal ejemplo a sus hijos y no enseñarles a obedecer y amar a Dios, pero finalmente Dios trata con cada persona individualmente.